Una palabra bonita se borra, pero lo que te hizo sentir jamas.

sábado, 27 de octubre de 2012

Quiero mi propio príncipe, uno de verdad, de carne y hueso. Cuando era pequeña veía las películas Disney y me daba cuenta de que siempre tenían un final feliz. Caperucita recuperó a su abuelita, los 3 cerditos construyeron una casa mejor, Cenicienta terminó con su príncipe.. Salían airosos de cualquier situación, solucionaban todos sus problemas, y vivían unidos y felices. Desde muy pequeñita confiaba en que algún día me pasaría lo mismo. Tendría un hada madrina que me diera carrozas y vestidos, podría surcar los cielos montada en una alfombra mágica, mi príncipe haría que no muriera dándome un beso... Pensaba que todo eramos iguales, no importaba si fuera rica o pobre, como la Cenicienta, guapa o fea, como La Bestia, mi príncipe me elegiría con el corazón. También creía que los malos estarían en la cárcel y al final incluso se volverían buenos. Con el tiempo crecí y me fui desilusionando a medida que me daba cuenta de que eso, era todo una mentira. Me di cuenta de que el físico importa mucho en este mundo, y el estado económico, aún más. Pero la verdad es que ahora no quiero cosas tan complicadas, lo que pido es bien sencillo. No quiero que me de un beso para curarme, me conformo con que me lo de cada vez que abro los ojos por la mañana. No quiero que me lleve en una alfombra mágica, prefiero un simple paseo, los dos cogidos de la mano. No quiero un príncipe azul con su castillo y su chimenea, prefiero un chico normal con un pisito, donde pasar miles de noches viendo películas en el sofá. No quiero una historia de película o de cuento, quiero vivir la mía propia. Pero lo que si que quiero, es encontrar a una persona con la que 'vivir felices y comer perdices', 'hasta que la muerte nos separe'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario